La aprobación del matrimonio igualitario entre personas del mismo sexo supuso un hito en la conquista de derechos civiles en España, al poner fin a la discriminación legal en el acceso al matrimonio. Tras la sentencia del Tribunal Constitucional que en 2012 avaló plenamente la legalidad de la reforma, las organizaciones LGTBI+ fijaron su mirada en erradicar la discriminación que aún afectaba a millones de personas.
La década posterior a la legalización del matrimonio se dedicó a avanzar hacia una igualdad social real y efectiva para el colectivo. Para lograrlo, varias comunidades autónomas, empezando por Navarra en 2009, legislaron con leyes antidiscriminación y de protección de los derechos LGTBI+. A nivel nacional, el Congreso de los Diputados aprobó la conocida como»Ley Zerolo» o Ley integral para la igualdad de trato y la no discriminación, que estableció un marco general de protección contra todas las formas de discriminación, incluyendo la orientación sexual y la identidad de género. Finalmente, la despatologización de las personas trans, pendiente desde 2007, se resolvió en 2023 cuando el Congreso de los Diputados aprobó la Ley “para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI”.
Durante esta década, también ha sido clave el compromiso del conjunto de instituciones y empresas en materia de diversidad sexual y de género, entre ellas, las universidades. La creación de la Red de Universidades por la Diversidad (RUD), en diciembre de 2021, supuso un hito para promover la igualdad y combatir la discriminación en los campus universitario. A día de hoy, 44 universidades españolas están adheridas a la entidad, y muchas de ellas, cuentan con unidades propias en Diversidad, donde se ofrece atención y acompañamiento a las distintas realidades y experiencias de las personas LGTBI+.
2009
Ley de no discriminación para personas personas trans en Navarra, primera ley antidiscriminación autonómica.
2015
Primera candidata trans como política en la Asamblea de Madrid, Carla Antonelli.
Muere Pedro Zerolo, ex-presidente de FELGTBI+ y COGAM.
2016
Año temático de la Bisexualidad en el orgullo estatal.
2017
Madrid acoge el WorldPride.
2018
Firma del Pacto Social por la no discriminación e igualdad de trato asociado al VIH.
La OMS despatologiza la transexualidad, al eliminarla de su lista de enfermedades mentales.
Nace la Fundación Pedro Zerolo.
2019
España autoriza el suministro del Tratamiento Preventivo Antirretroviral para el VIH (Prep).
2019
Sentencia del Tribunal Constitucional que reconoce a los menores trans el cambio registral de sexo en base a la Ley 3/2007 de Igualdad de Género.
2021
La federación incluye la I de personas intersexuales en su nombre (FELGTBI+).
Nace la Red de Universidades por la Diversidad (RUD).
2022
Ley de Trato y no Discriminación (más conocida como “Ley Zerolo”)
2023
La aprobación de la Ley Trans y LGTBI+.
El Ministerio de Igualdad pone en marcha el Servicio Arcoíris 028, teléfono de información y atención integral en materia de derechos LGTBI y delitos de odio por LGTBIfobia.
Las primeras leyes regionales empezaron a aprobarse a partir de 2009.
En 2023 se reconoció el derecho a la autodeterminación de género para las personas trans a nivel estatal.
Las leyes autonómicas LGTBI+ y trans (2012-2022)
Tras la aprobación de la ley del matrimonio igualitario en 2005 y de la ley de rectificación registral del sexo en 2007, las entidades sociales LGTBI+ comenzaron a plantearse la necesidad de impulsar leyes antidiscriminatorias a nivel autonómico, con el objetivo de avanzar hacia la igualdad real. La meta era desarrollar normativas específicas que garantizaran los derechos de las personas LGTBI+, y en particular de las personas trans, en aquellas materias en las que las Comunidades Autónomas tenían competencias.
Navarra fue la primera en aprobar una ley de este tipo en 2009, aunque el impulso más fuerte llegaría en la década siguiente: País Vasco (2012), Andalucía, Galicia y Cataluña (2014), así como Baleares, Madrid y Murcia (2016). Estas normativas comenzaron a reconocer derechos en ámbitos como la sanidad, la educación o el empleo. En algunas comunidades, se reconoció el derecho de las personas trans a la autodeterminación de género sin necesidad de tratamientos hormonales ni informes psiquiátricos. También se introdujeron medidas como la formación en diversidad afectivo-sexual y de género en los centros educativos, así como servicios de atención especializada para personas trans.
A pesar de los avances logrados, la falta de desarrollo reglamentario, la carencia de financiación específica o las resistencias políticas de algunos gobiernos autonómicos han dificultado su implementación plena. Por ello, la aprobación de la Ley 4/2023 para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI supuso un avance muy importante en este sentido, ya que se blindaban con una normativa estatal muchos de los derechos de las personas LGTBI+ que fueran incorporándose lentamente en dichas leyes regionales.
Un orgullo en pandemia (2020)
Ante la pandemia de la COVID-19, en 2020 se canceló por primera vez en décadas la manifestación del Orgullo LGTBI+. Las restricciones de movilidad y las medidas de distanciamiento social instauradas por las autoridades sanitarias impidieron la celebración de la marcha en múltiples ciudades de nuestro país, así como la manifestación estatal que se celebra cada año en Madrid.
Sin embargo, la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTBI+), COGAM y el resto de entidades convocantes decidieron no renunciar a la manifestación, dada la relevancia en la reivindicación de derechos para el colectivo. En lugar de una marcha presencial, se organizó una manifestación virtual bajo el lema “Sororidad y feminismo para TRANSformar. Mujeres LTB en acción”, centrado en la reivindicación de las mujeres lesbianas, trans y bisexuales y sus experiencias de discriminación. Los ciudadanos podían crear “avatares” personalizados y recorrer un recorrido digital por las calles de Madrid, recreando el itinerario tradicional de la manifestación estatal.
A pesar de las dificultades, el orgullo pudo celebrarse, eso sí, de una manera diferente, para seguir denunciando las discriminaciones que siguen sufriendo las personas LGTBI+, especialmente las mujeres LBT. Esa edición virtual permitió mantener la movilización por parte de las entidades y el colectivo, y mostrar su capacidad de resiliencia y adaptación a otros contextos.